Motivación 1.0... (Faltan la 2.0 y la 3.0)...

Como jefe, siempre me ha interesado saber qué es lo que impulsa a la gente a hacer las cosas, e inevitablemente surge el concepto de motivación, es decir, me he interesado en saber cómo motivar a los demás… Después de tantos años y leyendo tantos textos, he descubierto que en general, no podemos hacer nada para motivar a la gente; sin embargo, hay un secreto que no será materia del presente artículo. (Lean el título, faltan la 2.0 y la 3.0)...

Durante mi carrera institucional, tuve la oportunidad de ejercer cargos directivos en varias instituciones, en la primera de ellas, (donde empezó todo, el Centro Nikkei de Estudios Superiores), llevé un curso para formar dirigentes y terminé siendo Instructor Principal de la Unidad de Formación Dirigencial y con muchos de mis entrañables y mejores amigos, dictamos Cursos de Liderazgo de nivel internacional, con participación de muchos países latinoamericanos, y hasta nos invitaron a dar charlas y talleres en el extranjero… En ese curso, que llevé a finales de los años 80, aprendí de la teoría disponible, como los impulsores de Schein y la pirámide de Maslow. Inferí que hasta ese momento, hubo un par de etapas dentro de la motivación: Una primera que llamaremos Motivación 1.0, que empezó con los hombres de las cavernas y terminó al iniciarse la era industrial, y una segunda etapa que llamaremos Motivación 2.0, desde la era industrial hasta la primera década de este milenio.

Más tarde, cuando mi vicio por la lectura se convirtió en obsesión y me planteo la meta de leer 50 libros en un año, (siempre tuve a la lectura como vicio, desde que descubrí a Edmundo de Amici, Julio Verne y a Ian Fleming, y sobre la meta, leí 57 libros en ese año), un gran amigo me recomendó un libro, que define una tercera etapa que llamaremos Motivación 3.0 y trataremos posteriormente.

Este, como su título indica, lo dedicaremos a la Motivación 1.0: ¿De qué trata esto? Pues que el hombre, cuando tenía hambre comía, cuando tenía sueño dormía y cuando tenía ganas se satisfacía… Hasta antes de la época industrial, (inclusive hasta un poco después) y debido a las taras de las religiones que no reconocían a la mujer como igual al hombre, sino como inferior, ser mujer debió haber sido bastante frustrante, porque algunas veces cuando tenían hambre, tenía que esperar si su hombre trajo la comida; cuando tenía sueño, tenía que cuidar al bebé que estaba llorando y cuando tenía ganas, bueno, en eso las mujeres disponen, aunque si la cosa iba muy pública, terminaba dañando su honra o su reputación.

Edgar Schein, postuló que las personas tenían impulsores para hacer las cosas que hacían y que éstos eran cuatro: Seguridad, Nueva Experiencia, Reconocimiento y Respuesta.

Seguridad: Para nadie es ajeno que se considera como un alto valor el deseo de seguridad de las personas; esta seguridad puede satisfacerse con cosas materiales temporales, por ejemplo: alimento, vivienda, etc. o se pueden satisfacer con intangibles que ofrecen bienestar a las personas, como por ejemplo la religión.

Nueva Experiencia: Se satisface buscando salir de la rutina, tanto en actividades nuevas como buscando relacionarse con gente nueva.

Reconocimiento: Se satisface al lograr el anhelo de la persona de ser reconocida por sus semejantes, es decir, de volverse alguien en la opinión de los demás. Este impulsor se manifiesta porque al hombre suele importarle lo que los demás piensen de él, el qué dirán.

Respuesta: Es el deseo de ser o sentirse necesitado, sentir que los semejantes disfrutan relacionarse con uno y que desean que la relación perdure en el tiempo. Se satisface este impulsor cuando se logra la aceptación de los demás, en el sentido que los demás entienden a la persona y la aceptan como tal.

Los impulsores básicos no es que se presenten en un estado puro, sino que las personas son impulsadas en diferentes grados por algunos de los cuatro; por ejemplo, damos un discurso no solamente para ser reconocidos, sino también para sentirnos parte del grupo; hacemos deporte de aventura no solamente por ser una nueva experiencia, sino por el deseo de encajar o porque queremos hacer algo loco para que nos reconozcan; o vamos a la iglesia no solamente por asegurarnos la vida eterna, sino porque queremos tener una buena imagen, etc.

La verdad es que Schein nos explica que es lo que nos lleva a hacer las cosas, y resulta bueno saber que impulsores predominan en las personas a quienes tenemos la ilusión de motivar; sin embargo, hacer esto, es hacer una gerencia personalizada, de acuerdo a cada colaborador, y en organizaciones grandes, puede resultar sumamente agotador.

De otro lado, Maslow nos indica que el hombre actúa por necesidades, y que estas tienen una jerarquía, que coloca en forma de pirámide, de manera tal que si tenemos pendiente de satisfacer una necesidad de la base, dejamos de “necesitar” las necesidades superiores, valga la redundancia. De este modo, Maslow nos indica que la jerarquía, de abajo hacia arriba, está compuesta por Necesidades Fisiológicas, Necesidades de Seguridad, Necesidades de Afiliación, Necesidades de Estima y Necesidades de Autorrealización.

Claro, Maslow tampoco nos da la solución de cómo motivar; sin embargo, estructura las necesidades de manera que resulta útil saber qué necesidades tienen nuestros colaboradores a quienes tenemos la ilusión de motivar; resulta lógico que si tu colaborador tiene sueño, es probable que no te escuche o no pueda hacer lo que deseas que haga, porque las necesidades fisiológicas priman sobre las demás; si tu colaborador tiene algún tipo de seguridad por la salud de su hijo por ejemplo, tampoco es posible que te escuche o pueda hacer lo que deseas que haga. Y aquí viene algo interesante; suponiendo que tus colaboradores han descansado bien, y no tienen problemas de seguridad; si descubres que tienen necesidad de contar con tu amistad, es posible que logres con ellos lo que quieres, y mejor aún, si ellos ya son tus amigos, probablemente pasen a buscar tu reconocimiento, con lo cual, el éxito tiene buenas probabilidades de lograrse; y mucho mejor aún, si tus colaboradores te consideran su amigo, y cuentan con tu respecto y confianza, entonces sus necesidades de autorrealizarse garantizarán el éxito.


Creo que en mi equipo de trabajo, nuestras necesidades están ya en el último nivel, debe ser por eso que usualmente podemos lograr lo que nos proponemos y muchas veces superarlo… 

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