Deformación Profesional

Es verdad que a lo largo de mi vida he conocido mucha gente deforme; sin embargo, el concepto de deformación profesional obedece a otra cosa, pues es la tendencia que tenemos a ver las cosas desde el punto de vista de nuestra profesión en lugar de tener una perspectiva más amplia o una mente más abierta.

Este concepto, que no se sabe quién lo introdujo, se atribuye a veces al sociólogo belga Daniel Warnotte y otras veces a su colega ruso Pitirim Sorokin.

Para entender esto mejor, existe un ejercicio que es revelador. Consiga a tres ingenieros y a tres contadores, y colóquelos formado un triángulo (visto desde arriba), de modo que la unión del hombro izquierdo de uno con el hombro derecho de otro sea una vértice del triángulo (una punta), y cada persona forme desde su hombro derecho hasta el izquierdo (pasando por su cabeza), un lado del triángulo (una línea). Coloque a las tres personas, de manera que todas miren hacia el exterior del triángulo formado. Además, es conveniente que las personas que forman un triángulo no vean a las personas que forman el otro y viceversa, para lo cual, podría colocarse entre ambos grupos un panel separador… ¿Se entendió? Si no se entendió, háganlo como en la figura...

El ejercicio es sumamente sencillo. Se les dice a ambos grupos, que está prohibido hablar y/o comunicarse hasta que termine el ejercicio. Luego, anuncian que cuando digan la palabra “listo”, las tres personas que conforman cada triángulo deberán levantar ambas manos, y enseñar un número de dedos. El objetivo del ejercicio, es que cada triángulo forme el número 7 como la suma de los dedos mostrados. Si no se forma 7, se les indicará la palabra “bajen”, que querrá decir que deben bajar los brazos, esperando el siguiente “listo”.

En el caso de los ingenieros, al primer “listo”, los dedos mostrados serán 2-2-2, que suman 6, por lo tanto, se les indicará que “bajen”, al segundo “listo”, los dedos mostrados serán nuevamente 2-2-2, que suman 6, por lo tanto, se les indicará que “bajen”, al tercer “listo”, los dedos mostrados serán 3-3-3, que suman 9, y se les indicará que “bajen”, al cuarto “listo”, los dedos serán 2-2-2, luego 3-3-3, luego 2-2-2, luego 2-3-3, y en algún momento llegarán al ansiado 2-2-3, sumando 7. Sea cual sea el número de iteraciones, el 7 será formado por una combinación de dos 2 y un 3.

En el caso de los contadores, al primer “listo”, los dedos mostrados serán 7-7-7, que suman 21, por lo tanto, se les indicará que “bajen”, al segundo “listo”, los dedos mostrados serán nuevamente 7-7-7, que suman 21, por lo tanto, se les indicará que “bajen”, al tercer “listo”, los dedos mostrados serán 0-0-0, que suman 0, y se les indicará que “bajen”, al cuarto “listo”, los dedos serán 7-7-7, luego 0-0-0, luego 7-7-7, luego 0-7-7, y en algún momento llegarán al ansiado 7-0-0, sumando 7. Sea cual sea el número de iteraciones, el 7 será formado por una combinación de dos 0 y un 7.

¿Por qué se produce este resultado? Es por la deformación profesional, un ingeniero, desde que empieza a estudiar, aprende a distribuir cargas, distribuir pesos, distribuir fuerzas; por lo tanto, tenderá por su profesión a que cada miembro contribuya con un “promedio”, es decir 7 entre 3 igual 2.333… igual a 2. Poco a poco, (normalmente) a la tercera iteración, se darán cuenta que sus colegas deben estar pensando igual, por lo cual, alguno de ellos deben poner la unidad adicional, produciéndose el 3-3-3, al no lograrlo, poco a poco alguien renunciará a poner la unidad adicional, hasta que dos de ellos lo hagan, formándose el 2-2-3. Por otro lado, un contador, desde que empieza a estudiar, aprende a buscar totales y a trabajar con el saldo, por lo tanto, la opción lógica es contribuir con 7 a la primera, a la tercera, se darán cuenta que sus colegas deben estar pensando igual, produciéndose el 0-0-0, poco a poco, alguno renunciará a colocar el total colocando el saldo de cero, hasta que dos de ellos lo hagan, logrando el 7-0-0.

Hay un experimento similar, que es un poco más difícil, pero cuenta la leyenda que hace mucho tiempo (cuando no te “depositaban” el pago, sino te pagaban en un “sobre”), se hizo este experimento con propósitos netamente académicos: Se escogió a un par de jefes de personal que pagaban a obreros que trabajaban a destajo, uno contador y otro ingeniero, y al darles los sobres se les dio el total de dinero incompleto, pues se retiró el pago del que ganó menos durante la semana. El ingeniero, calculó el faltante, lo dividió entre el número de obreros y descontó esta cantidad a todos, de manera que todos recibieron el pago, y el faltante se repartió entre todos. El contador, calculó el faltante, lo restó del obrero que ganaba más y procedió a pagar a todos. Como verán, no hay un modo mejor o peor, si bien el ingeniero resuelve el problema de una manera que podríamos percibir más “justa”, con su solución se expone a que la totalidad de obreros le reclamen. Por otro lado, la solución del contador podría percibirse más “injusta”,  sin embargo, solo se expone a la queja de uno.

Alguna vez tuve un jefe que solía llamarme para preguntar por algún asunto, luego llamaba a mi colaborador encargado del área del asunto, luego llamaba al colaborador de mi colaborador especialista en el tema del asunto, y a veces hasta al asistente que movilizó el expediente del asunto, para preguntar lo mismo. Frontal como suelo ser, varias veces le pregunté si desconfiaba de mí, y que por qué hacía eso; y me respondía de la manera más natural que no desconfiaba de mi… Posteriormente, muchas veces me demostró con hechos que era cierto que confiaba en mí; y sin embargo, de cuando en cuando, hacía esto de preguntar a toda la cadena cuando se quería enterar de algún asunto… Al final, me di cuenta que era un tema de deformación profesional: Era pediatra, a esto, debo indicar que según mi visión de los médicos, el pediatra es el más admirable de todos y en el caso de los mejores, son totalmente hábiles y hasta mágicos, porque diagnostican a pacientes que no saben decir dónde les duele. Y en efecto, un pediatra para diagnosticar, ausculta al bebé para ver qué le dicen las reacciones de este, y pregunta a la mamá, al papá y a la nana, qué observó mientras el bebé llegaba a la condición en que lo llevaron a su consulta, y de acuerdo a lo que recoge de todos, emite su diagnóstico y cura al bebé… Y eso era, su manera de asegurar su decisión, era preguntarle a todos los involucrados en el problema por el mismo tema…

Hay muchas características que nos definen por nuestras profesiones, por ejemplo (y sin ser irracional por sobre generalización o etiqueta global), los economistas tienden a ser controladores, los contadores tienden a ser cuadriculados, los abogados tienden a ser astutos, etc. Un gerente economista querrá controlar todo vía indicadores, un gerente contador querrá resolver todo cuadrando las operaciones, un gerente abogado querrá sacar el mayor provecho utilizando la ley a su favor… En cuanto a mí como gerente matemático, mi deformación profesional consiste en resolver problemas…

Y ustedes… ¿qué deformación tienen?

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