Hablando de no poder...
Hablando de los mensajes de “tú no puedes” que nos inculcan desde niños y
coincidiendo en que estamos entrando a nuestras fiestas patrias, recuerdo que
cuando era niño llegaban los circos a Trujillo, mi ciudad natal, y levantaban
sus coloridas carpas por varios sitios de la ciudad, uno de ellos, cerca al
Estadio Mansiche (a 8 cuadras de mi casa)… Claro, los más jóvenes se preguntarán
dónde es que hay sitio para levantar una carpa ahora, y bueno, en esa época
había bastante espacio, no había piscina, ni la cancha de vóley anexa al
coliseo, y bueno, el complejo Mansiche era pura tierra…
Por otro lado, todos ustedes se preguntarán, ¿y qué tiene esto de raro?
Si cuando llegan las Fiestas Patrias, llegan los circos, y no solamente en
Trujillo, sino por todo el Perú… Y bueno, es que en mi época no había tanto
defensor de los animales, entonces, resulta que los circos no solamente
entraban a nosotros visualmente con todo su colorido, sino también a través de
nuestras fosas nasales, debido a los excrementos de los animales salvajes (y
otros no tan salvajes como perros, gatos, caballos, etc), que andaban en sus
jaulas (o fuera de ellas), alrededor de la carpa y hacían sus necesidades,
porque es lo natural en los animales…
Este tipo de circo con muchos animales ha desaparecido; claro, a los
pobres animales no los tenían en las mejores condiciones… Recuerdo que con mis
amigos, salíamos del barrio y nos íbamos caminando hasta las inmediaciones del
Estadio, para mirar a los animales, al león flaco y casi calvo (por la melena
ralísima), el elefante arrugado con heridas en las rodillas, el tigre de
bengala que tenía mirada de gatito, la jirafa desgarbada y con cara de enferma,
los monos con cara de cansados, etc.
De todos esos, nuestro favorito solía ser el elefante, tremendo animal, tan
grande era, que no lo tenían en jaulas, sino que estaba ahí, afuera, y estaba
siempre sujeto de una de sus patas a una cadena que terminaba en una
estaca clavada en el piso…
Y como siempre ando pensando cosas raras, me preguntaba por qué no se
soltaba, si haciendo un poco de esfuerzo y moviendo su pata sin usar mucha
fuerza se podía librar, y sin embargo, nunca lo hacía…
Claro, ahora que soy un poco más sabio, que no es otra cosa que saber
algo y hacerlo, es decir, cuando sabes algo eres teórico y cuando haces algo
eres empírico; pero cuando sabes algo, y sabes hacer algo con ese algo, es que
se va desarrollando la sabiduría… Entonces, cinco años de entrenamiento en la
UNI estudiando matemáticas, fueron el inicio de mi aprendizaje en el arte de
pensar cosas que no sirven para nada… Porque claro, el matemático encuentra una
“identidad”, el físico relaciona la identidad con la naturaleza, y el ingeniero
la aplica a algo práctico y se llena de plata… Es decir, los matemáticos somos
como los agricultores de la tecnología… Claro, nosotros sembramos, cosechamos y
obtenemos el producto, el físico lo acopia y lo transporta a la ciudad, y el
ingeniero lo vende en Wong…
Retomando, como ahora soy un poco más sabio, creo que lo que le pasó al
elefante, es que desde que nació, lo encadenaron a la estaca, y cuando era
chiquito, y aún creía que era una bestia salvaje, seguramente luchaba por
librarse de la cadena, y cuantas noches habrá sufrido intentándolo (claro,
porque si lo intentaba de día, le caía un latigazo de su domador), bueno pues,
no es que el elefante adulto no pueda librarse, el problema es que cree que no
puede librarse, se rindió para seguir intentando, los latigazos y su vano esfuerzo
eran similares a los mensajes de “tú no puedes” de los que estamos hablando,
que al final, rompieron su espíritu y lo convencieron, que la cadena con la
estaca son más fuertes que él…
Por eso es que muchos no podemos… No porque no podamos, sino porque no
creemos que podemos…
Y si no me creen, aunque es hablar prematuramente, miren a la selección
de fútbol… Lo que hizo Gareca, es conversar tanto, que los convenció que
pueden… Ojalá que en las eliminatorias, que duran más tiempo, se pueda mantener
esa creencia, y que nuestros “elefantásticos” seleccionados, estos estúpidos que desde España 82 solo nos dan penas y cólera, sigan creyendo que pueden, por ahí que antes de
morir veo otra vez a Perú en un mundial… porque creer que se puede, es el
primer paso para lograr cosas…
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