Algunas Explicaciones de por qué algunos peruanos son como son… Parte I

En los siguientes párrafos, intentaré explicar por qué muchos peruanos son así; si pues, de esos peruanos que nos dan cólera, que creen que ser “criollo” es ser mejor, de los que se pasan la luz roja, miccionan en la vía pública, se cuelan en las colas, se estacionan en los lugares para discapacitados, cruzan la pista esquivando los carros por debajo del puente peatonal, etc… De esos pues, que nos dan una explicación razonable de por qué no salimos del subdesarrollo…

Normalmente, los seres humanos tenemos un primer contacto con nuestros padres, específicamente con nuestra madre. Lamentablemente desde muy pequeños, nos han metido en la cabeza que somos estúpidos… Si pues, nuestras mamás nos han convencido de dos cosas principales que son mentira: Primera: Que somos lindos, y segunda: que somos estúpidos…

Sobre lo primero, no creo que haya nadie que lo pueda negar, si hemos tenido madres que nos han querido, (o que aún nos quieren); de lo segundo, seguramente la mayoría no estaría muy de acuerdo; sin embargo, imaginen esta escena: Es a media tarde en los inicios de los años setenta (o sea, cuando yo era chiquito), y una mamá está sentada en la sala de su casa, tejiendo su crochet mientras la bola de lana rueda por el suelo a medida que la lana se va utilizando en el tejido, aparte, está mirando su telenovela favorita (en blanco y negro), además, en la mesa de centro hay un cenicero con un cigarrillo encendido, el cual toma de rato en rato para darle una pitada, y finalmente, hay en la sala una escalera de tijera, que ha dejado el maestro que estaba pintando la casa.

Ahora entran ustedes en escena, e imagínense que están en aquella época en la cual están aprendiendo a caminar y entran como tambaleándose a la sala, y de cuando en cuando se dan una sentada forzosa que felizmente el pañal amortigua, además, recuerden que en esa época, es cuando el cerebro se desarrolla hasta un 85%, como dice la propaganda de la leche…

¿Qué es lo primero que hacen? Seguramente les llamará la atención la escalera, debido a que es un elemento extraño y nuevo, y se acercarán a ella, recordando que hace algunos momentos, había un señor con un sombrero de papel periódico en la cabeza trepado en ella, y como es natural, seguramente querrán treparla, claro, bajo la atenta mirada supervisora de nuestra mamá, la cual apenas alcanzamos el primer peldaño, nos dice estricta “no te subas allí, que te vas a caer”…(1)

Asumamos que ustedes eran obedientes, razón por la cual, dejan de prestarle atención a la escalera, y se acercan ahora al televisor, puesto que la imagen y el sonido llaman su atención, y como son curiosos, intentan apretar todos los botones que tiene, cuando vuelven a escuchar la voz que nos dice “no toques, que lo vas a malograr”…(2)

Como seguimos con el supuesto que somos obedientes, dejamos la televisión y nos dirigimos a la bola de lana, que se mueve por el piso, y cuando ya la van a alcanzar, se vuelve a escuchar la voz que nos dice “No hijito, la vas a enredar”…(3) 


Los mensajes (1), (2) y (3), llegan a nuestro cerebro: Escuchamos “No te subas, que te vas a caer”, pero hemos visto a una persona no solo subirse allí, sino que además se movía sin bajarse mientras la sala iba cambiando de color, es decir, “el señor puede y tú no puedes”, lo mismo con la televisión, “tu mamá si agarra, pero si tu agarras la malogras” e igual con la lana, “tu mamá manipula la lana como quiere, pero si tú la agarras, la enredas”. Y en el colmo de los colmos, si se llegan a acercar al cigarrillo encendido, aparte de oír el clásico “no toques que te vas a quemar”, nuestra mamá agarra el cigarrillo encendido, y como precaución, se lo lleva a los labios y lo deja ahí…

Entonces, somos estúpidos porque nos caemos, porque malogramos los electrodomésticos, porque enredamos las cosas y en el colmo de la estupidez, nos quemamos, mientras mami que ama el peligro se lleva el objeto con el que nos quemamos a su boca, y nos sigue hablando con ese peligro en sus labios. Es que nos entrenan para pensar que “no podemos”…

Nuestros papás también contribuyen a nuestra formación. Como alguna vez he definido, la paternidad es una gran transformación, desde súper-héroe hasta súper-villano. Lo malo, es que somos súper-héroes cuando nuestros hijos están en plena formación. De esa manera, nos ven renegar porque el país es así, porque la gente es así, que el mundo debería cambiar, pero cuando estamos apurados, acelerar en la luz ámbar no es tan malo, ¿no? Peor es, si nos tocó uno de esos papás “criollos” (en la mala acepción de la palabra), y le enseña a sus hijos que agarrar las cosas de las tiendas cuando no te ven es de vivos, que bajarse del micro sin pagar es de vivos, que pegarle a los más chicos es de vivos, y que si te agarra el policía, bueno, le das para su gaseosa y aquí no pasó nada… Y no olvidemos, la gran enseñanza de que si tomas más alcohol eres más hombre…

Y mejor no hablamos de los abuelos, porque se supone que los padres educan y los abuelos engríen… Y como nos engríen, nos hacen sentir que somos mejores que los demás, lo cual no está mal; a menos que no haya límites en la superioridad, y empecemos a meternos en la cola del tobogán, y morder o pegar a los demás…

Bueno, yo tuve la suerte de no tener un papá como el que he descrito, mi viejo era muy trabajador, perseverante, y honrado hasta el tuétano, características que se me han quedado grabadas desde pequeño… Mi vieja por su parte, si me convenció de ser estúpido… El que nuestras mamás nos sobre-protejan y en ese afán nos vayan creando una limitación mental, es casi inevitable, sobre todo si hemos tenido madres amorosas.


Tema personal aparte, y retomando el hilo de lo que escribía, no debe extrañarnos cuando algunas mamás se preguntan por qué sus hijos no tienen iniciativa o no aspiran más alto, o se sienten incapaces de hacer las cosas… Claro, y también algunos papás se preguntarán por qué sus hijos están en una pandilla, o por qué no respetan a los demás o porque le entraron a las drogas o al alcohol en exceso…

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