Ajustes... para superar las frustraciones...

Es que estaban verdes...
El otro día viendo el partido de fútbol entre Perú -con todo lo que tiene- y México -con su equipo de aguateros y masajistas-, no pude sentir más que frustración… (espero que Brasil no nos meta un baile en nuestro debut copero). Como buen hincha iluso, luego de ese partido me entraron unas ganas de romper algo, que felizmente menguaron, y como la zorra de Esopo (esa que tenía hambre, vio unas uvas, intentó alcanzarlas inútilmente porque estaban muy alto, y al final se fue diciendo “es que estaban verdes”), empecé el proceso de explicarme por qué teniendo tanto talento, somos tan malos… Claro, íbamos ganando hasta que entró Pizarro y ahí se malogró todo, qué va a jugar pues, si estaba en la discoteca chupando... Proceso que fue apaciguando la cólera y al final, resignado, me fui pensando que jamás en lo que me queda de vida, volveré a ver a Perú en un mundial…

Esto que sentí, se llama “ajuste”, situación que se produce más inconsciente que conscientemente cada vez que tenemos una frustración; son bien interesantes de analizar… Nuestro comportamiento frente a la frustración, ha sido catalogado hace tiempo, por Anna Freud, quien en base a la estructura de la mente propuesta por su papá Sigmund (ese que todo lo veía falo o vagina), definió las 11 maneras en que podemos reaccionar frente a las frustraciones:

Racionalización: Es buscarle la lógica a la frustración para sentirnos mejor, negando que quisiéramos cumplir la meta no lograda, como decir que las uvas estaban verdes o como cuando el Chavo, la Chilindrina y Quico decían “al cabo que ni quería”…

Agresión: Nuestra reacción es golpear la causa que nos generó la frustración: Puede ser física, como dar un golpe a la mesa, salir dando un portazo, o dar un puñete al cretino causante de la frustración (siempre a los ojos -para cegar al contrincante- o a los oídos -para desestabilizarlo-, lo de la nariz -cuyo sangrado es espectacular- o la boca -con algún diente roto incluido -, solo funciona bien en las películas de acción, en la vida real no es recomendable porque el contrincante se recupera y contraataca), o una patada al mencionado cretino (siempre a las partes pudendas); o puede ser verbal, desde decir gritando “¡no se puede discutir contigo!” hasta un buen “¡ándate a la mier…!” (pase a la página 23).

Compensación: Es cuando una persona incapaz de hacer algo, hace alguna tarea de menor categoría para justificarse. En realidad, es como reconocer que uno es incapaz. En el sector público, cuando te ponen un jefe estúpido porque tuvo la suerte de ser amigo o familia de alguien, y se realiza una actividad, en la cual éste debería exponer, decide “delegar” la exposición (aunque en realidad la enchufa), y para no sentirse como el estúpido que es, se pone a acomodar las sillas, o acomoda a los invitados, o se para en la puerta como estúpido, dizque haciendo relaciones públicas…

Desplazamiento: Es cuando descargamos nuestra frustración en otros, yo lo llamo propiedad transitiva: “Si A jode a B, entonces B jode a C”… Hay que tener cuidado con el desplazamiento, si te va mal en el trabajo, desquitarse con la esposa o los hijos resulta dañino e irreparable para todos.

Proyección: Es cuando en lugar de aceptar nuestra responsabilidad, proyectamos la causa en otro aspecto, como cuando perdemos un juego, y decimos que las reglas están mal hechas, o cuando expulsaron a cinco jugadores de alianza en un partido, y le echan la culpa al árbitro, cuando tres agredieron a los contrincantes y dos agredieron al árbitro, física y verbalmente.

Negativismo: Es cuando nuestra reacción es responder negativamente a todas las situaciones siguientes a la frustración, es como cuando entra la depresión, o uno ya no quieren vivir, o se quieren cortar las venas. Cayó el velo de la tragedia…

Conversión: Es cuando durante o luego de la frustración transferimos energía que se traduce en problemas físicos. Te enfermas, te duele la barriga, te duele la cabeza, etc. También se llama Somatización.

Regresión: Es cuando cambiamos una situación compleja por otra más sencilla. Más conocido como “hacer un berrinche”, como cuando somos malos jugando al fútbol, (si somos pares nos escogen al último y si somos impares “entramos al gol”, lo peor es que no entramos como premio al que mete el primer gol, sino como castigo para el que no lo metió), y durante el juego nos hacen huachas, bicicletas, relojes, nos rompen la cintura y nos mandan a comprar pan… Entonces, agarramos la pelota y nos vamos, y cuando nos preguntan ¿qué te pasa? Dices “me llevo mi pelota”…

Identificación: Es cuando para superar la frustración, vives la vida de otros, como cuando Maradona declaró que Messi era su sucesor en el fútbol argentino, cuando su frustración se leía en su propia declaración: “Veo muchas similitudes entre Lio y yo, cada vez que se acerca un mundial me da ganas de ponerme los botines de nuevo, me gustaría estar aunque sea medio tiempo en su camiseta”…

Idealización: Se relaciona con la identificación; sin embargo, ante la frustración el individuo se sobreestima a sí mismo, exagerando sus aptitudes, sus logros y su importancia. Puede idealizar los triunfos de otros. Es como cuando ese jefe que entró por vara, se adjudica el trabajo de otros, y se pinta a sí mismo mejor de lo que es, cuando su frustración radica en el reconocimiento de su estupidez…

Fantasía: Se parece a la idealización, solo que nos identificamos con algo irreal y fantástico, si han leído las tiras de Mafalda, es como cuando Felipe no puede conquistar a la niña linda (que no se sabe cómo se llama), o no puede hacer las tareas, se imagina que es el “llanero solitario”…

A pesar que la mayoría de los ajustes se producen a nivel inconsciente, es bueno conocer de qué tratan, y sobre todo, reconocer los nuestros antes que sea tarde, pues muchos de ellos producen efectos adversos, aunque algunos de ellos utilizados de manera inteligente, nos pueden proveer de un escape que nos permita cambiar nuestra atención a otras actividades más constructivas.

Si no les gustó este artículo, les diré que me han causado una frustración, a lo cual, pueden escoger alguna de mis siguientes reacciones: Les digo que no entendieron porque no están a mi nivel intelectual, les digo que son estúpidos, no les digo nada porque en lugar de escribir mejor me voy a limpiar mi teclado, me desquito con Emi, les explico que la estructura de la página del blog no es muy amigable, me deprimo, me duele la cabeza, les digo que no me importa jojolete, les digo que no los entiendo porque escribo mejor que Gabo, o que simplemente usaré mi súper fuerza y los destruiré… ¡Nando Smash!... 

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