Logros y enemigos...
Trabajar para el sector público suele ser sumamente
reconfortante debido a las finalidades nobles que se persiguen[1]; sin embargo, no todo es
color de rosa; pues aparte de las remuneraciones limitadas (felizmente siempre
he ganado más de lo que necesito pero mucho menos de lo que merezco), y los
auditores cuya existencia se atribuye a que vivimos en una sociedad de desconfianza; es que suele al
mismo tiempo ser bastante ingrato, pues no importa si haces las cosas bien, porque
cuando vienen los movimientos políticos, es posible que pierdas el puesto, no
importando cuánto hayas logrado o la capacidad que hayas demostrado… Es decir,
de repente recibes tu Resolución de cese y tu PC…
Y no es que el Estado te de una Computadora, sino que
esa PC, es el equivalente a un KITA[2] (acrónimo de Kick In The
Ass)… En efecto, en mi penúltimo trabajo en el sector público, antes de la
Central de Compras Públicas, tuve la suerte de tener un Jefe sabio, (el Dr.
Walter Vigo Valdez), que me supo dar autonomía de los cuatro tipos[1], creo que por mi
experiencia en el sector público en general y en el sector salud en particular,
se diría que dominaba el trabajo; y la Entidad me dio una super finalidad noble:
Reducir la morbi-mortalidad materno-infantil y la desnutrición en las zonas más
pobres del país… Es decir, tenía los elementos para generar motivación
intrínseca, y durante 7 años, pude ir a trabajar contento todos los días… Como
hago hoy, y como espero hacerlo siempre, independientemente de dónde esté.
Al tener autonomía de equipo, fui capaz de reclutar y
seleccionar personas sumamente efectivas, cumpliendo el principio de Jim
Collins de “primero quién después qué”, y al tener además autonomía de tarea, tiempo y
método, pudimos ejecutar presupuesto en niveles superiores al 95% anual, con una
ejecución global del programa superior al 96%, siendo tal vez el primer
programa que culminó con una ejecución catalogada como excelente sin tener
extensiones de plazo… Ese fue el Programa de Apoyo a la Reforma del Sector
Salud - PARSALUD, financiado por Tesoro Público, Banco Mundial y BID, y que fue
el abanderado durante el último lustro de la ejecución presupuestal del sector
salud, lo cual generó envidias, como suele pasar… A menudo se detectan
personajes en el sector público, que creen que quienes intentamos hacer las
cosas con excelencia, los opacamos en su mediocridad y al sentirse amenazados,
sacan a relucir sus más oscuras mezquindades.
Y yo no digo que fuimos eficientes: La Organización
Mundial de la Salud y el Banco Mundial en el documento “Success Factors for
Women’s and Children’s Health: Policy and Programme: Highlights from 10
fast-track Countries” (2014), donde se coloca a Perú como uno de esos diez países,
indica que uno de los factores de éxito es el Programa PARSALUD (Health Reform
Program). Lo refleja la ENDES 2014 (Encuesta Demográfica y de Salud Familiar),
donde la razón de mortalidad materna bajó de 185 a 93 por cada 100,000 nacidos
vivos, la tasa de mortalidad infantil bajó de 20 a 17 por cada 1,000 nacidos
vivos, la tasa de mortalidad en la niñez bajó de 26 a 20 por cada 1,000 nacidos
vivos y la proporción de partos con asistencia de personal especializado subió
de 82.5% a 90.0%, entre los indicadores más importantes; desde que inició el
Programa. Supongo que en la ENDES 2015 o 2016 debemos haber mejorado más como país.
Si sumamos a estos números, la construcción de 74
centros materno-infantiles y el equipamiento de más de 100 de ellos, todos
ubicados en las zonas más pobres del Perú; que cuando empezó el programa
concentraban el 70% del problema materno-infantil, y ahora al terminar, solo
concentran el 40%; podemos decir que logramos resultados sumamente interesantes.
Mención aparte merecen las estrategias implementadas, (debidamente
sistematizadas), como DIA (Derecho a la
Identidad y Aseguramiento), EPPES (Estrategia de Promoción y Práctica de
Entornos Saludables), Diálogos Interculturales y Fondo Concursable, así como el
“Plan de Mitigación de Riesgos de Acciones Fraudulentas en la Contratación de
Obras” (declarado Buena Práctica en Gestión Pública en el año 2012 por
Ciudadanos al Día) y nuestro Sistema de Gestión para optimizar la ejecución presupuestal,
(ganador del premio a las Buenas
Prácticas en Gestión Pública 2015, en la categoría Sistemas de Gestión
Interna), o nuestra Propuesta de Telesalud, finalista en el Concurso de
Creatividad Empresarial de la UPC.
A pesar de ello, ni siquiera me dieron mi Resolución; y
como a mi Jefe, simplemente se dejaron extinguir nuestros contratos y me tuve que ir de “vacaciones”… Tampoco es que le guarde rencor al sector
salud, porque verdaderamente le tengo un gran cariño; y menos guardo rencor a
los individuos que nos dejaron ir; porque resulta natural esperar encontrarse
con este tipo de gente, concordante con las leyes fundamentales de la estupidez
humana (del genial paper del mismo nombre de Carlo M. Cipolla):
1. “Siempre e
inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos
estúpidos que circulan por el mundo”
2. La probabilidad de
que una persona determinada sea una estúpida es independiente de cualquier otra
característica de la misma persona”
3. “Una persona estúpida
es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin
obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un
perjuicio”
4. “Las personas no
estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los
no estúpidos, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en
cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se
manifiesta infaliblemente como costosísimo error”
5. “La persona estúpida
es el tipo de persona más peligrosa que existe”.
Lo bueno del paper, es que cada una de las cinco
leyes, está debidamente fundamentada y sustentada con razones contundentes, gráficos
y otras herramientas económico-estadístico-sociales.
Algo que me pasó cuando cambió el gobierno, es que fui
llamado a la Comisión de Transferencia del Sector Salud, por la Doctora Amelia
Villar (una excelente profesional que tuve la suerte de conocer, al igual que a
la Doctora Janice Seinfeld y al Doctor Fernando Carbone, a quién conocía solo
de vista). La Dra. Villar me contó que varias personas le recomendaron mi
nombre para apoyar en el proceso y le acepté gustoso… Cuando se lo conté a mi
ex jefe, me dijo como es costumbre, una de esas frases inolvidables que le salen
producto de la sabiduría, “Buena suerte y diviértete, la cara
que va a poner la gente es algo que no te olvidarás”. Yo fui con ánimo de colaborar, sin ningún revanchismo
y sin ninguna aspiración laboral; (pues espero poder tener la oportunidad de quedarme
un poco más en Perú Compras, que es un reto muy interesante; donde tengo el anhelo de
convertir lo que hacemos en algo más grande que nosotros mismos); solo puedo decir
que, en efecto, hay algunos rostros y expresiones que nunca olvidaré…
La
cuestión es, se siente bien cuando te llaman… Y como alguna vez me dijo mi
profesor Enrique Valdez (que en paz descanse), “chino, para lo te llamen, es
para lo que sirves… Si te llaman para trabajar, alégrate, porque quiere decir
que sirves para trabajar, pero si no te llaman para ni mier… (pase a la página
23), es que para eso sirves, para ni mier…” (pase a la página 23).
Además,
como dijo mi ex jefe, “el éxito en el Perú no se mide por tus logros, sino por
la calidad y cantidad de enemigos que tienes…” Esperemos que eso cambie… Primero,
porque me considero un optimista y espero siempre lo mejor de las personas y
segundo, porque me fastidia cuando se dice que el peor enemigo de un peruano es
otro peruano…
Comentarios
Publicar un comentario